miércoles, 24 de julio de 2013

Éramos preciosos.


Hoy es día veinticuatro, otra vez.
Echo la vista hacia atrás, y... siempre ha sido ella.
Parece mentira que después de tanto tiempo esta herida siga doliéndome.
Nunca lo veré con los mismos ojos, nunca será todo tan azul como yo lo pinté.
Ella era especial.
Parece que fue ayer cuando todo era perfecto.
Todo eso de que ella puede llegar a ser ese único puto motivo de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción, todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor, es un cuento que me sé muy bien desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.
Siempre he sido Oscuridad, lo sé. Y ella era mi Luz. La luz que iluminaba mi camino por este asqueroso mundo plagado de odio.
Éramos como la luna y el sol. Sus ojos azules se clavaban en mis ojos oscuros.
Ella era mi cómplice perfecto. Ella era mi amiga.
Éramos preciosos.
¿En qué momento dejamos de serlo?
...
La tengo en el cajón de los recuerdos, también el de los olvidos, en el de los sueños rotos y el de los sueños cumplidos.

...Mariposa de sueño, te pareces a mi alma y te pareces a la palabra melancolía...

No hay comentarios:

Publicar un comentario